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La zona de aguas, recrea los baños termales de los antiguos palacios romanos, un verdadero templo de bienestar. El tepidarium, climatizado a una temperatura corporal de 37ºC, alberga cuatro tumbonas ergonómicas calefactadas, componiendo todo un cálido escenario, desde el cual apreciar nuestro jardín natural de madroños. Las cabinas, creadas para disfrutar de los diversos tipos de tratamientos personalizados tanto faciales como corporales. Y el samovar, que despide al cliente ofreciéndole una degustación de fruta fresca y exquisitos tés, para recuperar la necesaria rehidratación una vez concluido el circuito, mientras disfruta del silencio o de la lectura.